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Monica Seles, 27 años de la tragedia que truncó su carrera

miércoles 29 abril 2020, 06:00 PM    Por: Marco Delgado Ayala

Monica Seles, 27 años de la tragedia que truncó su carrera

El 30 de abril de 1993 quedó marcado como el principio del declive de la carrera de la tenista serbia Monica Seles, quien fue un parteaguas en el juego femenil y prometía mucho para el deporte blanco, pues con tan sólo 19 años de edad ya tenía ocho títulos de Grand Slam en sus vitrinas.

La jugadora cosechó durante su carrera 53 títulos individuales en el circuito de la Asociación Femenil de Tenis (WTA) y mostraba grandes dotes para convertirse en la mejor de la historia, sin embargo, un atentado rompió todas sus aspiraciones.

Aunque actualmente cuenta con la nacionalidad estadounidense y húngara, Seles nació el en la anteriormente llamada Yugoslavia, ahora Serbia, el 2 de diciembre de 1973. Incursionó en el tenis gracias a su padre Karolj Seles, con quien jugó por primera vez en un estacionamiento y posteriormente fungió como su entrenador para llevar su carrera a lo más alto.

Consiguió su primer título individual, curiosamente, el 30 de abril de 1989, en Houston y un año después se convirtió en la jugadora más joven en alcanzar el título de Grand Slam en Roland Garros 1990, con 16 años y seis meses.

Para el siguiente año, se concretaría lo que quizás propició el atentado que sufrió, pues tras ganar los dos primeros Grand Slam del año, el Abierto de Australia y nuevamente Roland Garros, llegó a la cima de la clasificación el 11 de marzo, destronando las 187 semanas de la alemana Steffi Graf.

Seles y Graf pelearon el primer puesto los meses siguientes, sin embargo, la joven promesa se consolidó luego de apoderarse de la corona en el US Open y cerrar una temporada 1991 de ensueño, en la que además se convirtió en la mejor jugadora de la campaña al ganar las Finales de la WTA.

En 1992, Monica hizo lo propio, se apoderó de tres de los cuatro Grand Slam, nuevamente no pudo ganar Wimbledon, pero consiguió la permanencia en el primer puesto y una vez más ganó las finales.

La obsesión que destruyó a la promesa

Todo parecía color de rosa para Monica Seles, a sus 19 años ganó su octavo Grand Slam en el Abierto de Australia y continuó su cosecha de la temporada en febrero, en el Torneo de Chicago.

Nadie imaginó que, meses después, pasaría Mónica en plena cancha del Am Rothenbaum al estar en competencia, asegurando como hasta entonces su porvenir en el deporte blanco.

El 30 de abril de 1993, Seles disputaba los cuartos de final del Torneo de Hamburgo ante la búlgara Magdalena Maleeva. La serbia ganó el primer set 6-4 y se recuperó de una desventaja de 3-0 para remontar la manga 4-3.

En los 90 segundos de descanso entre el séptimo y octavo juego del encuentro, uno de los casi 10 mil espectadores se acercó al banquillo de Seles para apuñalarla en el omóplato izquierdo.

"Durante el descanso, tras un juego, apuré hasta el final porque no había bebido nada de agua y de pronto sentí un dolor horrible en mi espalda. Me giré buscando de dónde venía el dolor y vi a un hombre detrás de mí levantando un cuchillo contra mí", relató Seles.

Aunque las cámaras no pudieron capturar el momento, los testigos aseguran que Gunter Parche, de 38 años de edad, bajó las escaleras de las gradas, se acercó a Monica y agarró con las dos manos un cuchillo de cocina para herir a la jugadora.

Poco después, salió a la luz que el aficionado alemán tenía una loca obsesión por Steffi Graf, lo que lo llevó a cometer el intento de homicidio para que su ídola pudiera regresar al número uno del mundo. "No quería matarla, sólo quería lastimarla un poco para que Monica no pudiera jugar en un par de semanas", confesó Parche.

A pesar de aquella confesión, las autoridades de Alemania, señalaron el delito de Parche como menor y lo declararon mentalmente incompetente, por lo que cinco meses después de la agresión, quedó en libertad condicional.

Está decisión fue un duro golpe para Monica Seles, quien desde entonces perdió toda la confianza en las canchas y prácticamente el hecho truncó su carrera.

"¿Qué clase de mensaje se ha transmitido al mundo? Gunter Parche reconoció que me acuchilló una vez y lo intentó una segunda, y ahora el tribunal dijo que no va a ser encarcelado por este crimen premeditado. Volverá a su vida cotidiana, mientras que yo no puedo todavía, porque estoy recuperándome de la agresión, que me podía haber matado", dijo al respecto.

El declive

Los doctores que revisaron la herida de Monica Seles, aseguraron que la joven tenista había tenido mucha suerte y el cuchillo no lastimó ningún órgano vital o algún tendón que le pudiera impedir jugar, por lo que se recuperaría rápidamente.

La tenista estuvo fuera de las canchas por dos años y medio. Su regreso fue en Toronto 1995, en el cual pudo llevarse la corona, pero era evidente que ya no era la misma. Sus heridas físicas pudieron curarse, pero psicológicamente estaba mal. Aquella mala experiencia le propició un trastorno alimenticio y regresó a las canchas con 15 kilos de más.

A pesar de las adversidades, Seles continuaba llegando fácilmente a las finales de cada torneo que disputaba y pudo cosechar una vez más un título de Grand Slam en el Abierto de Australia en 1996.

Después de eso, ganó 19 títulos más en el circuito WTA, además de la medalla de bronce con Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, pero el sobrepeso causó una lesión en el tobillo que la alejó nuevamente de las canchas, paradójicamente, en Roland Garros 2003, torneo en el que ganó su primer título grande.

A pesar de eso, no anunció su retiro sino hasta 2008 y poco después ingresó al Salón de la Fama como una de las mejores de la historia, quien además, transformó el tenis femenil con un juego más potente, con su característico golpe a dos manos.

Aquella tragedia, además del diagnóstico de cáncer de su papá, marcó por completo la carrera de la tenista. Seles había llegado a la final en 33 de los 34 torneos que disputó desde que subió al número uno del mundo, en 1991, hasta el día del ataque en 1993, algo nunca antes visto, y pudo haber hecho mucho más dentro de las canchas.

"Crecí en una cancha de tenis, fue el lugar donde me sentí más segura y ese día en Hamburgo me lo arrebataron todo: mi inocencia, mi clasificación, todos mis ingresos, mi respaldo, todos fueron cancelados".

El ataque a Monica Seles quedó impune y todo continuó como si nada hubiera pasado. La seguridad en las canchas de tenis se reforzó para evitar que volviera a pasar, pero el 30 de abril de 1993, a las 18:50 horas (de Hamburgo), Gunter Parche le quitó al deporte la que quizás hubiera sido la mejor de la historia.

 

Notimex/Foto: diariopopular.com.ar

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