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martes 26 agosto 2025, 11:17 AM Por: Diego San Román
En el Estadio Giuseppe Meazza (San Siro), casa de Inter y Milan, reina el silencio en este inicio de campaña debido a las protestas de ambas facciones radicales contras sus directivas, que han limitado el acceso de ciertos aficionados y pancartas tras destaparse las ilegalidades cometidas durante años, provocando una huelga de 'ultras'.
El 'Caso Ultras' que explotó hace casi un año en Milán, con la detención de 19 personas relacionadas con ambas hinchadas, acusadas de conspiración criminal, con el agravante de método mafioso, además de extorsión, lesiones y otros delitos graves cometidos en el estadio y sus aledaños, ha provocado la reacción de Inter y Milan.
Ambos clubes han limitado la libertad de los radicales. Han creado listas negras para prohibir el acceso a personas relacionadas con las ilegalidades o con antecedentes y han prohibido muchas de las pancartas que reinaron en el estadio la pasada campaña para evitar que se siga ligando al club con la práctica mafiosa.
La respuestas de los 'ultras' ha sido inmediata. Sin cánticos, sin pancartas y sin banderas. Así lucieron los fondos del estadio en los partidos del Inter y del Milan, entre el desconcierto del resto de aficionados, muchos ajenos a las causas 'ultra', y la agitación en redes sociales de los radicales, que incitaron al silencio al resto del estadio.
Inició la temporada una semana antes el Milan y, por tanto, comenzó antes la protesta silenciosa la Curva Sud 'rossonera'. Entraron en el campo, sin pancartas ni banderas, pero tanto ante el Bari en Copa Italia como ante el Cremonese en la primera jornada de Serie A se mantuvieron 90 minutos en silencio, en un partido que acabó de nuevo en tragedia deportiva milanista, con la derrota 1-2 ante el recién ascendido.
Antes del comienzo del duelo ante el Cremonese, en lo que fue la presentación oficial del equipo, la afición radical sí celebró la llegada del croata Luka Modric y el regreso del italiano Massimiliano Allegri.
El clima de tensión en este caso es muy elevado entre las partes. La afición radical milanista protestó de manera muy activa, tanto dentro como fuera de San Siro, contra la directiva de RedBird Capital, fondo estadounidense propietario del club. Y el final de temporada, que dejó al equipo fuera de competiciones europeas, ensució aún más la relación.
"Casi todas las pancartas antiguas están prohibidas. Existe una lista negra con prohibición de abono en el segundo anfiteatro. Por "orden público" nos prohíben abonarnos en esa zona, pero si conseguimos una de las pocas entradas disponibles para cada partido en el mismo sector, de repente el problema de orden público desaparece. ¡Una locura!", explicó la 'Curva Sud' en un comunicado en redes sociales.
"En esta lista negra, además de los chicos que preparan las coreografías y tocan los tambores, y los distintos responsables de los grupos, también se ha incluido a sus hijos, sus esposas, muchos otros chicos sin antecedentes penales", apuntó en el mismo escrito, en el que aseguraron que las motivaciones de sus limitaciones provienen solo de críticas "lícitas, pacíficas y autorizadas" al club.
"Con gran pesar, a día de hoy, en el régimen autoritario impuesto en San Siro, no existe la más mínima condición que nos permita animar como estamos acostumbrados desde hace décadas y como ocurre en todas las gradas de Italia. Lo sentimos por el entrenador y por el equipo, víctimas de esta decisión del club, fruto de una represión ciega, injustificada y sin ninguna lógica. ¡Que disfruten del espectáculo!", finalizó.
La 'Curva Nord', afición 'ultra' del Inter, que comenzó su temporada en San Siro este lunes, ante el Torino (5-0), fue un paso más allá y, ante la no renovación de abonos de varios radicales y la prohibición de algunas pancartas, anunció que no entrará al estadio de manera indefinida.
"Además del enésimo aumento injustificado de los precios, nos hemos visto afectados por las famosas listas negras: decenas de jóvenes pertenecientes a los grupos no han podido renovar su abono, sin ninguna razón válida. Muchos de ellos (la mayoría) no tienen antecedentes penales ni ningún tipo de problema legal", explicó la 'Curva Nord' en un comunicado.
Su ausencia durará hasta que sus "banderas vuelvan a ondear libremente" y "las coreografías vuelvan a llenar de color nuestra grada".
"Hasta que San Siro vuelva a ser un estadio a medida del hombre, y no un lugar blindado, rehén de represiones y prohibiciones. Hasta que los precios de las entradas vuelvan a ser asequibles y sostenibles para cualquiera que quiera asistir a un partido del FC Internazionale. No estamos pidiendo privilegios. Simplemente pedimos lo que, en cualquier estadio de Italia y Europa, es la normalidad", finalizó su protesta.
Por el momento, en Milán, continúan los problemas con los 'ultras'. Las restricciones de los clubes han provocado una huelga conjunta que ha silenciado la parte más ruidosa de San Siro.
EFE/foto: X @acmilan