Max Verstappen dio un golpe monumental al Mundial tras ganar el GP de Catar, una carrera marcada por las estrategias y por el error de lectura de McLaren, que dejó escapar una ventaja clave tras el safety car de la vuelta 7. El neerlandés aprovechó cada ventana en boxes para ponerse al frente y acercarse peligrosamente al liderato del campeonato, mientras Carlos Sainz firmó un brillante tercer puesto que lo metió de lleno en la conversación del día.
La prueba se desencadenó con el accidente entre Hulkenberg y Gasly, que provocó que casi toda la parrilla parara en boxes… salvo McLaren. Esa apuesta dejó a Piastri y Norris momentáneamente arriba, pero con neumáticos demasiado castigados para resistir el empuje del Red Bull. Sainz, por su parte, se benefició plenamente del caos estratégico y se situó en posiciones de podio desde el primer tercio de carrera.
A medida que avanzaban las vueltas, Verstappen recortó sin piedad la distancia con los McLaren, mientras la carrera se complicaba para otros protagonistas: Antonelli cayó tras un error en la vuelta 56, Alonso hizo de tapón durante buena parte del tramo medio y luego sufrió un trompo que lo relegó, y Hadjar pinchó en las últimas vueltas, permitiendo al asturiano acabar séptimo.
En el momento clave, McLaren ejecutó sus segundas paradas, pero ya era tarde: Verstappen quedó líder, Piastri consiguió salvar la segunda plaza y Sainz se mantuvo firme para asegurar un podio enorme para Williams. Norris solo pudo remontar hasta el cuarto puesto, rescatando puntos valiosos frente al desgaste final de Antonelli.
Con este resultado, el Mundial llega al rojo vivo a la última cita en Abu Dabi: Norris lidera con 408 puntos, pero ahora tiene a Verstappen a solo 12 (396) y a Piastri a 16 (392). Un cierre electrizante para un campeonato que parecía decidido semanas atrás y que ahora se ha convertido en un auténtico thriller.
Con información base de EFE/Foto: EFE