El presidente de EE.UU., Donald Trump, busca aprovechar el sorteo del Mundial 2026 en Washington para mejorar su imagen y acercar posturas con México y Canadá, países con los que mantiene tensiones diplomáticas. La presencia de Claudia Sheinbaum y Mark Carney cobra especial relevancia, ya que ambos han retrasado hasta el último momento la confirmación de su asistencia, reflejando el complejo momento entre los tres socios norteamericanos.
Sheinbaum realizará su primer viaje oficial al extranjero desde que asumió la presidencia y mantendrá su primer encuentro cara a cara con Trump, mientras que Carney intentará recomponer unas relaciones bilaterales tensas tras choques recientes sobre comercio y declaraciones del mandatario estadounidense. Todo ocurre en un contexto en el que Trump ha amenazado con dejar expirar el T-MEC y ha aumentado la presión sobre sus vecinos en migración, seguridad y comercio.
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El sorteo llega en un momento delicado para Trump, con índices de popularidad a la baja, recientes derrotas electorales y múltiples controversias que rodean a su administración. En paralelo, el presidente intenta proyectar liderazgo internacional, apoyándose en su cercanía con Gianni Infantino y en la posible entrega del nuevo premio FIFA de la Paz, cuyo destinatario aún se desconoce, pero sobre el cual hay especulaciones.
Mientras impulsa eventos globales como el Mundial, su Gobierno endurece políticas migratorias y analiza operaciones militares controvertidas en el Caribe y el Pacífico, lo que ha generado preocupación entre organizaciones civiles. Estas alertan sobre las condiciones democráticas y de derechos humanos en EE.UU. en un momento en el que el país se prepara para acoger uno de los mayores eventos deportivos del planeta.
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Con información base y foto de: EFE