¿Y Roberto Baggio?

A pesar de la huella que dejó en el futbol mundial, Roberto Baggio se alejó de este deporte para enfocar todas sus energías en el budismo.

Por ese motivo se ausentó de la ceremonia de Investidura al Salón de la Fama, de manera que no hubo siquiera quien recibiera su trofeo, sino que únicamente fueron proyectados dos videos con mensajes de quienes fueron sus compañeros: Iván Zamorano y Javier Zanetti, este último aseguró que pocos como el italiano sienten el futbol, luego de haber compartido el vestidor del Inter de Milán por un par de años.

"Fue un honor y un placer haber jugado contigo durante todo ese tiempo en el Inter de Milán, porque además de un gran jugador eres un extraordinario ser humano", aseguró el chileno.

Baggio fue uno de los cuatro investidos al Salón de la Fama en el renglón internacional, junto a Cafú, Roberto Rivelino y Carlos Salvador Bilardo. Subcampeón en el Mundial de 1994, cuando falló un traumático penal en la Final, el italiano es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia en su país, donde desde hace años se alejó de los reflectores para practicar su religión.

Desde que era futbolista lo hacía y de ahí la anécdota cuando despertó a Toto Schilacci en la habitación de la concentración de la Azzurra por los murmullos que Baggio hacía en el baño mientras meditaba.

Su iniciación al budismo es atribuida a los consejos de un amigo a partir de un episodio doloroso en su carrera: la rotura de ligamentos que sufrió cuando apenas tenía 18 años y todo un futuro por delante, de lo cual se repuso aunque nunca siempre padeció de lesiones graves.

Otro personaje que se negó a recibir el reconocimiento de la Investidura este martes fue Miguel Mejía Barón, aunque a diferencia de Baggio, el timonel de México en Estados Unidos 94 envió un motivo explicando sus motivos.

Fuente: Mediotiempo (portal electrónico)/Foto: Twitter